miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Nacimiento de la República Aristocrática



El nacimiento de la República Aristocrática
Con una alianza de los demócratas y civilistas,
encabezado por Nicolás de Piérola, se daba fin al segundo militarismo y se
iniciaba lo que Basadre denominó la República Aristocrática. Hasta ese momento
las características del período eran la incapacidad de las clases dominantes de
convertirse en clases dirigentes; desarticulación con las demás capas y clases
que se mantenían marginadas social y políticamente; debilidad de las
instituciones que se demostraba en la presencia de los militares en el poder,
el europeizamiento de los partidos políticos y dependencia económica ante el
capital extranjero.
La República Aristocrática tuvo una larga vida y
duró hasta 1919. Se caracterizó por el predominio del sector burgués de la
clase dominante sobre los terratenientes. Sin embargo, su alianza con el
capital extranjero hizo imposible su desarrollo como clase nacional. Los
elementos más saltantes de la época fueron la aparición y lucha política de
expresiones orgánicas-partidarias al interior de la oligarquía, permanencia de
la exclusión de la mayoría de la población peruana en el ejercicio y
participación política, ejemplificado en el sufragio restringido, sistema
electoral que no promovía ni garantizaba una auténtica representación nacional.
Hasta ese momento seguía vigente la ley electoral de 1861 que fue criticada por
muchos sectores, entre ellos el de Nicolás de Piérola. Entre 1895 y 1896 se
modificó dicha ley, por la cual se creó juntas departamentales administrativas
y las Comisiones de Registro Electoral. Se estableció la jurisdicción de la
Corte Superior de Lima para señalar la validez de las credenciales electorales.
La ley orgánica quedó aprobada el 28 de noviembre de 1896, descartándose la
elección de la mesa, origen de las fraudulentas tomas de mesa y la auto
calificación parlamentaria. La ley, sin embargo, ratificó la exclusión
electoral al otorgar el derecho al voto a los varones mayores de 21 años,
alfabetos y los mayores contribuyentes. Se consolidaba, una vez más, el dominio
político excluyente de la oligarquía, pasándose de una dispersión absoluta al
mayor centralismo electoral.

Reorganizando el aparato administrativo del
estado, liquidado el caudillismo militarista y establecida una suerte de
estabilidad política, el Partido Civil, aliado de Nicolás de Piérola, llegó a
copar profesionalmente la Junta Electoral Nacional y se distanció paulatina,
pero definitivamente, del "Califa". Esto fue posible gracias al
control que ejercía en el parlamento, que dio inicio a la larga hegemonía del
civilismo.

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